Encuesta del Foro GASPAR GARCÍA LAVIANA
1. ¿Te consideras una persona religiosa? SI
a. ¿Qué significa para ti serlo? Entiendo que ser religioso es interesarse por el ámbito
transcendente en el que se enmarca la existencia que percibimos.
Valora lo que supone en tu vida la religión. ¿Atractiva? ¿Enriquecedora?
¿Contradictoria? ¿Perturbadora? ¿Preocupante?... INTERESANTE
b. ¿Lo fuiste? ¿Por qué no lo eres? LO FUI SIEMPRE
Entiendo que ser religioso es interesarse por el ámbito transcendente en el que se enmarca, o se
puede enmarcar, la existencia que percibimos. En alguna ocasión leí que un científico agnóstico (me
parece que era Severo Ochoa), cuando estaba a punto de morir dijo algo parecido a esto:
Me duele
irme de este mundo sin saber dónde he estado realmente
. Esa perplejidad ante el hecho de la
existencia, a la cual, dicho sea de paso, no se le encuentra ningún sentido evidente, es lo que
entiendo por el significado del ser religioso. También esrelacionado con la realidad de la muerte, a
la cual el hombre se sabe abocado a llegar
sin saber dónde ha estado realmente.
Parece ser que la humanidad experimentó siempre ese sentimiento, desde mucho antes de que
apareciesen, en el Mesolítico (hace unos 12.000 años), los primeros cultos y las primeras creencias en
Dios o los dioses. De esto se deduce que el sentimiento religioso es independiente de las creencias,
que las personas pueden tener o no. Es decir, personas ateas o agnósticas pueden ser religiosas sin
saberlo. Las creencias y los cultos religiosos vendrían a ser recursos, instrumentos, para cultivar y
desarrollar ese sentimiento innato de los humanos. En ese sentido el ateísmo podría ser interpretado
como la voluntad consciente de los individuos que no le ven ningún sentido a ese cultivo o desarrollo
del sentimiento religioso innato. Y las religiones organizadas, por el contrario, serían el producto de la
voluntad de las personas que sienten interés en elucubrar sobre la transcendencia, lo que va s allá
de la existencia que conocemos.
2. ¿Te consideras una persona creyente? SI
a. ¿Qué significa para ti serlo? Una forma concreta de de interpretar y darle sentido al
sentimiento religioso.
Valora lo que supone en tu vida la fe. ¿Atractiva? ¿Enriquecedora? ¿Contradictoria?
¿Perturbadora? ¿Preocupante?... INTERESANTE
b. ¿Lo fuiste? ¿Por qué no lo eres? LO FUI SIEMPRE
Para empezar, la forma concreta de culto y creencias que las personas adoptan suelen tener un
contenido cultural, es decir, en principio las personas adoptan la religión del medio cultural en el que
nacen y se educan. Por eso la mayoría de la población europea es cristiana, la de los países de cultura
islámica son mahometanos, los nacidos en familias judías conservan su judaísmo durante toda su
vida, en países orientales predominan las creencias sintoístas, hinduistas o budistas…
Por supuesto, hay personas que no permanecen siempre en el marco de la tradición religiosa en la
que se educaron. Suelen ser personas con alto sentido crítico, que se aplican a examinar la realidad
que conocen y quieren obrar según su criterio propio. No abunda ese tipo de personas, pero en
determinadas circunstancias su aportación al colectivo puede ser decisiva, ase explica la aparición
de religiones nuevas y la reforma de las existentes. Jesús de Nazaret fue, en el seno del judaísmo en
el que se educó, una persona de ese tipo, que no pretendió destruir la religión judía (la Ley y los
Profetas) sino perfeccionarla.
En mi caso personal, he de decir que mis creencias se relacionan con el medio cultural en el que me
desarrollé, pero a lo largo de la vida mi opinión sobre la tradición recibida fue evolucionando, lo cual
es inevitable cuando uno está atento a estudiar las cosas y a uno mismo.
Si hubiese nacido en otra época, pongamos hacia el comienzo de nuestra Era Cristiana o algo antes,
posiblemente, y digo posiblemente porque es difícil saber lo que hubiese ocurrido en otras
circunstancias, me hubiese sentido atraído por la religión monoteísta que contrastaba con los
politeísmos imperantes entonces. La religión monoteísta por excelencia en aquella época era el
judaísmo, que tenía su culto en el Templo de Jerusalén. Muchos no judíos, los s cultos de aquella
época, acudían en ese templo para adorar al Dios único, hasta el punto que fue necesario añadirle al
templo un patio suplementario, al que llamaron Atrio de los gentiles” para acoger a aquella masa de
extranjeros que se sentían fascinados por el monoteísmo. La población de Judea llamaba “magos” a
aquellos extranjeros porque la mayoría de ellos procedían de Mesopotamia, donde la religión
monoteísta de Zoroastro (los magos) estaba siendo reprimida por el gimen helenista de los partos.
Lo que el Evangelio de Mateo cuenta sobre los magos de Oriente es una leyenda basada en este
fenómeno de la afluencia de extranjeros a Jerusalén.
Nacido en el siglo XX y educado en la religión predominante en mi medio, durante las primeras
décadas de mi existencia ser religioso para fue asumir las creencias y la práctica de la religión que
me sirvió de referente de lo transcendente: el cristianismo en su versión católica romana. Pero, como
dije, se evoluciona según va pasando el tiempo. Actualmente sigo siendo miembro de esa Iglesia pero
en vez de definirme como católico, o como cristiano, prefiero definirme como seguidor de Jesús de
Nazaret, y ese seguimiento me es indiferente en qué confesión cristiana concreta se enmarca. El
culto y el dogma me es indiferente con tal de seguir sinceramente la enseñanza del Maestro de
Nazaret. Hasta hace algunos años acudía a un acto que se realizaba en los templos católicos una vez
al año para rezar por la unidad de los cristianos. A partir de determinado momento dejé de verle
sentido a ese acto, por la sencilla razón de que yo no me siento separado de ningún cristiano. Las
diferencias entre mi iglesia y otras cristianas son cosas que se refieren al dogma, el culto y la
jerarquía. Pues bien, tal como veo la esencia del seguimiento de Jesús, el dogma, el culto y la
jerarquía no tienen ninguna importancia, se puede prescindir totalmente de todo eso y seguir siendo
un seguidor del Maestro y activista por la construcción del Reino de Dios que él proclamaba; los
primeros discípulos de Jesús no tenían ninguna de esas tonterías.
3. ¿Te consideras una persona cristiana? SI
a. ¿Qué significa para ti serlo? Trabajar por la implantación del REINO DE DIOS.
Valora lo que ello supone en tu vida… UN CAMINO, EL CAMINO.
b. ¿Lo fuiste? ¿Por qué no lo eres? LO FUI SIEMPRE PERO SIEMPRE EN PROCESO
DE ESTUDIO Y EVOLUCIÓN.
Se supone que soy cristiano desde que me bautizaron a finales de mayo de 1943, pero en esa época,
como es lógico, yo no me enteré de nada y no recuerdo nada. Empecé a tomar conciencia sobre el
hecho religioso cuando tenía cinco años de edad. Desde entonces mi cristianismo fue un proceso
constante de estudio y evolución, y seguramente seguirá siéndolo mientras viva y conserve mis
facultades mentales.
En ese largo período de 73 años hasta hoy, pasé por bastantes etapas. Tuve una época infantil de
siete años de estudio en un colegio religioso (hermanos de LA SALLE). Teníamos misa diaria todas las
mañanas, y media hora diaria de clase de religión. Los alumnos aprendíamos de memoria el catecismo
del Padre Astete. Y al salir del colegio, mañana y tarde, todos los alumnos juntos en el patio
cantábamos el himno nacional y algunas veces el “Cara al sol”. Yo era hijo de ese tiempo y de esa
mentalidad. En lo político, afortunadamente, yo tenía alguna influencia familiar que me libraba del
adoctrinamiento de la escuela, pero en lo religioso me formé como estricto observador de lo que se
impartía en aquel centro. Tenía, no obstante, un espíritu crítico que me decía que muchas de aquellas
normas no tenían sentido, pero no me atrevía a pensar que un “don nadie” como yo pudiera tener
razón frente al Magisterio de la Iglesia y una tradición de tantos siglos. Me empezó a librar de ese
complejo el Concilio Vaticano II que asumía algunas de las objeciones mentales que yo tenía. Pero
más liberador para mí fue el “Mayo del 68”. Sin haber estado en París en esa época, es como si
hubiese vivido o seguido en primera línea todo el proceso. Para cayeron muchos mitos que yo no
me atrevía a derribar, y desde entonces mi evolución fue más rápida y más intensa.
En el proceso que siguió influyó mucho sobre mí la Teología de la Liberación, las obras de los teólogos
de esa corriente. Puedo decir que José María Castillo es mi teólogo de cabecera. Leyendo sus obras
veo que llega a unas conclusiones a las que hubiese llegado yo por mismo si viviese doscientos o
trescientos años más; leyéndolo a él es como avanzar a hombros de un gigante. Hoy estoy totalmente
liberado de la influencia del Magisterio de la Iglesia; me doy cuenta de que son ciegos que
conducen a otros ciegos.
Terminando de responder lo que supone en mi vida ser cristiano, concluyo que el seguimiento de
Jesús para significa un camino, el camino que puede dar sentido a una vida que, de otra manera
no tendría ningún sentido. Su seguimiento, el trabajo por su proyecto del Reino de Dios: la paz, la
justicia, la igualdad, el amor entre todos los seres humanos y en armonía con la naturaleza que sirve
de marco a nuestra existencia terrenal, y la esperanza en una existencia que transcienda la que
conocemos.
4. ¿Te consideras una persona católica? SI
a. ¿Qué significa para ti serlo? Una forma como otra cualquiera de ser cristiano.
Valora lo que ello significa en tu vida. UN DESAFIO POR MEJORAR ESA IGLESIA
b. ¿Lo fuiste? ¿Por qué no lo eres? LO FUI SIEMPRE
Todas las Iglesias y sectas cristianas, así como todas las demás religiones, se consideran a mismas
“la única tabla de salvación”. No soy el único que piensa que eso es una solemne tontería. La
salvación es cosa de Dios. Seguro que Él tiene pensado algo bueno para todos sus hijos. Lo que nos
concierne aquí y ahora es trabajar por mejorar este mundo que conocemos, que bastante la falta que
le hace. Y como cristianos católicos, trabajar también por mejorar esta Iglesia, que bastante falta le
hace. Por lo demás, como Iglesia no me parece ni mejor ni peor que otra cualquiera. Tiene bastantes
cosas que no me gustan, e intento contribuir a que mejore. No le veo ningún sentido a cambiar de
iglesia, y lo mismo opinaría si fuese anglicano, o luterano, o mormón, o testigo de no-se-qué. Cambiar
de una confesión cristiana a otra es como ir de Guatemala a Guatepeor; todas tienen que mejorar
bastante para aproximarse al tipo de colectivo, asamblea o comunidad que a Jesús le hubiese gustado
que reuniese a sus seguidores.
5. ¿Te consideras una persona practicante? SÍ, Y NO, o más bien, No y Sí
a. ¿Qué significa para ti serlo? Algo o nada según que se comprenda o no el sentido de
lo que se practica.
Valora lo que ello supone en tu vida… Un símbolo de lo que se cree y una manera de
vivirlo.
b. ¿Lo fuiste? ¿Por qué no lo eres? LO FUI SIEMPRE; AUNQUE DE MANERA
DIFERENTE SEGÚN LAS ÉPOCAS DE VIDA
Practicante, práctica religiosa… son términos muy ambiguos, que pueden significar cosas muy
diferentes. Hay una manera de practicar una religión, que se puede llamar “talmudista”, que consiste
en ser muy estricto en las normas, sobre ayunos, rezos, culto, modos de vidaEn el catolicismo hay
gente así: ayunan los viernes según las normas de Código de Derecho Canónico, van a misa para
cumplir un precepto de ese código que dice que “hay que oír misa entera todos los domingos y fiestas
de guardar”…
En mi caso particular, entre las diversas etapas de mi vida tuve mi época talmudista. Ya hablé sobre
mi paso por un colegio religioso. Y ya expliqué que tuve una constante evolución en materia religiosa;
hoy no consentiría que ningún Código de Derecho Canónico ni ningún Talmud me dicte cuándo y
cómo debo ayunar y qué fiestas santificar. En realidad mi opinión sobre ese Código -y así se lo
expresé al último clérigo que me habló de él- es que lo mejor que se podía hacer con él era tirarlo al
retrete y luego tirar de la cadena. Cuando me tomé el trabajo de leer ese Código quedé asqueado de
él. En ese texto solo aparecen derechos de la jerarquía, más derechos cuanto más alta jerarquía, y
ningún derecho de la base eclesial, los laicos. No creo en ninguna jerarquía, ninguna cátedra, ningún
magisterio eclesial. Todo eso es un montaje para constituir una clase privilegiada en la estructura
eclesial, todo en contradicción con la enseñanza de Jesús.
Siempre participé regularmente en la celebración de la eucaristía, aunque como otras muchas cosas
en la Iglesia, la forma en la que se celebra me disgusta cada vez más. Por poner un ejemplo, el credo
que se reza en las misas es una imposición del emperador Constantino, el cual, dicho sea de paso,
terminó renunciando a él y murió no creyendo en él. En todo caso, es indiferente que las cosas que el
Credo dice sean ciertas o no; en cualquier caso no tienen ninguna importancia. Según el Evangelio, el
examen final que se hará a los humanos no es si creyeron en tales o tales dogmas, ni si rezaron y
ayunaron mucho o poco, ni qué sacramentos recibieron, ni siquiera qué religión practicaron o si
practicaron alguna. El aprobado o suspenso dependerá de la forma en la que trató a sus hermanos,
especialmente a los más necesitados. Pues bien, la asistencia a la eucaristía, o la misa si se la quiere
llamar así, no es para cumplir un precepto, es para tomar conciencia de ese deber para con los
hermanos, del compromiso por el trabajo por el proyecto de Jesús, el Reino de Dios.
Resumiendo: si la práctica religiosa es el cumplimiento de no sé qué preceptos, entonces, no, NO soy
practicante. Pero si es estudiar y actuar, en la medida de lo posible, para que este mundo sea un poco
menos infierno de lo que es para muchas personas, entonces sí, SÍ soy practicante de mi religión.
Mayo de 2021